A lo largo del día nos sentimos de una manera u otra, esto se debe a las hormonas y neurotransmisores que tenemos. Las hormonas son sustancias que controlan numerosas funciones y circulan a través de la sangre hacia los órganos y los tejidos. Los neurotransmisores están relacionados con los estados de ánimo, como por ejemplo, la felicidad. Estas son 4 hormonas de las muchas que hay en nuestro cuerpo:
Adrenalina:
Es una hormona bombardeada por el cuerpo en situaciones de alerta o de peligro. Es la hormona de la acción. Cuando una persona está en una situación peligrosa, el hipotálamo ordena a las glándulas suprarrenales la liberación de adrenalina y otras hormonas directamente al torrente circulatorio. El cuerpo reacciona inmediatamente y se aumenta la fuerza y la velocidad mientras que la capacidad de sentir dolor es menor.
La adrenalina actúa cuando existe una situación de tensión a la que el cuerpo debe adaptarse. La presencia de adrenalina es una respuesta involuntaria frente a la percepción del riesgo.
Aunque cuando oímos la palabra adrenalina se nos viene a la cabeza un montón de deportes extremos, la increíble capacidad de estudiar sin descanso en las horas de la noche anterior para un examen se debe a la acción de la adrenalina. Otro ejemplo en el que se libera adrenalina es en las horas anteriores a un examen.
Endorfinas:
Son conocidas como las hormonas de la felicidad. Son responsables de los estados de calma, felicidad y la sensación de estar enamorado. Las endorfinas activan núcleos neuronales en el cerebro (hipotálamo, amígdala, tálamo y locus coeruleus). Además, pueden actuar en el cerebro para disminuir la ansiedad y aumentar la sensación de bienestar.
Nuestro cuerpo produce endorfinas de manera natural. Cuando las endorfinas están elevadas se reduce el dolor físico y aumenta la alegría. El efecto de estas hormonas es de corta duración porque son eliminadas por el organismo para mantener equilibrado nuestro cuerpo. Si circularan libremente por nuestro cuerpo, no sentiríamos el dolor y no nos daríamos cuenta si tuviésemos algún problema físico.
Al hacer deporte, el cuerpo segrega endorfinas que producen un efecto calmante del dolor. La actividad física es la manera más rápida de elevar las endorfinas. Un clarísimo ejemplo en el que se liberan endorfinas es cuando nos reímos. La risa libera la energía negativa del organismo. Al reírse, el córtex cerebral libera impulsos electrónicos negativos, lo que provoca que el cerebro active la segregación de endorfinas.
Serotonina:
Es un neurotransmisor que se encuentra en el sistema nervioso central y que tiene mucho que ver con el estado de ánimo. Es la hormona responsable de mantener en equilibrio nuestro estado de ánimo y el déficit de serotonina podría llevarnos a la depresión. Esta hormona se segrega cuando hay un aumento de confianza y autoestima.
Estas son algunas funciones de la serotonina:
- Regula el sueño.
- Regula los estados de ánimo, las emociones y los estados depresivos.
- Regula algunos procesos corporales, por ejemplo, el apetito y el deseo sexual.
Un ejemplo en el que se liberaría serotonina sería justo después de un orgasmo. Para que se produzca un orgasmo durante el acto sexual, el hipotálamo libera una hormona llamada oxitócica. Después de eyacula, aumenta considerablemente la cantidad de serotonina en el cerebro lo que produce un estado de placer. Otro ejemplo sería cuando hablamos con un amigo, eso aumenta la confianza y producimos serotonina.
Oxitocina:
Es conocida como la hormona del amor, resulta esencial para la estabilidad emocional del cerebro, pero también se encarga de acabar con las sensaciones de ansiedad, estrés o temores. La oxitocina se produce por la glándula pituitaria y su secreción es regulada por las células del hipotálamo. El hipotálamo manda impulsos nerviosos que se extienden mediante un entramado de hormonas hasta llegar al cerebro.
Esta hormona se puede liberar con un simple abrazo, caricia o beso. También se libera oxitocina en el sexo. Durante el orgasmo femenino, esta hormona produce contracciones uterinas que ayudan a transportar el esperma hacia el óvulo y de esta manera facilitar el embarazo. Durante el orgasmo masculino, la oxitocina provoca contracciones en la próstata y en las vesículas seminales.