Muchas personas pasamos horas y horas enganchadas al móvil, al ordenador o a cualquier otra tecnología con conexión a Internet. Pero, ¿se podría hablar de adicción a Internet?
Aunque Internet ayuda a mantener el contacto entre las personas, su mal uso puede hacer que las relaciones interpersonales resulten dañadas. Y así, en un mundo donde es muy fácil comunicarse, hay cada vez más personas que se sienten solas.
Según los expertos la tecnología puede ser tan adictiva como
las drogas y el alcohol y su uso excesivo puede llevar a un deterioro de las
relaciones sociales ya que, por estar usando el móvil, olvidas lo que está
sucediendo a tu alrededor.
Esta adicción comienza a verse cuando alguien es incapaz de
abandonar el uso compulsivo de internet, cuando su uso es muy repetitivo y
produce placer. Si no puedes pasar ni un día sin acceder a la red, si dejas de
lado otras actividades y tu única satisfacción viene del uso de Internet, tienes
adicción a internet.
Estas son algunas características que se pueden dar en la
adicción a internet:
- El individuo pasa cada vez más tiempo en internet y es incapaz de controlar esa dependencia.
- Siente euforia cuando está conectado a internet.
- Padece ansiedad por pasar más tiempo en internet sintiendo la necesidad de aumentar notablemente la cantidad de tiempo para lograr satisfacción.
- Desatiende a familiares y amigos.
- Puede llegar a mentir a otros sobre el tiempo que le dedica a la red.
- Padece cambios en los hábitos de sueño ya que puede dormir menos por estar conectado a la red.
- Pierde interés por realizar otras actividades de ocio, lo que conlleva al aislamiento.
La mayoría de los adolescentes pasamos demasiado tiempo en
redes sociales como Whatsapp, Instagram, Twitter o Snapchat. Hoy en día es muy
común ver a gente conectada a internet en el metro, en parques con sus amigos o
incluso en restaurantes.
Personalmente, paso bastante tiempo pegada al teléfono
móvil. Ya con 12 años empecé a utilizar redes sociales en el ordenador como
Messenger, Tuenti o Skype. Me podía pasar horas haciendo video llamadas por
Messenger o Skype con mis amigos.
Más tarde con el
teléfono móvil descubrí nuevas redes sociales como Whatsapp, Instagram, Twitter
o Snapchat. Me gusta ver las fotos que suben mis amigos y también me gusta
subir fotos mías o fotos con mis amigos ya que una foto puede ser un recuerdo
que quiero compartir con la gente.
Podría estar perfectamente sin esas redes sociales, pero me
costaría mucho estar sin Whatsapp porque es la que más utilizo y me paso casi todo
el día chateando con gente. Como sé que esta aplicación me engancha mucho, a la
hora de estudiar aparto el móvil de mi vista para poder concentrarme y en el
cine tampoco utilizo el móvil, pero viendo una película en mi casa sí lo
utilizo. También lo uso normalmente cuando estoy con mis amigos. A la hora de
comer no cojo el móvil porque no me dejan mis padres, pero sí es cierto que
cuando como sola sí uso el móvil mientras como. Y antes de irme a dormir
siempre paso tiempo con él porque es cuando tengo más tiempo para chatear con
mis amigos.
También invierto tiempo pegada a la pantalla del ordenador
para buscar información sobre algún tema dado en el instituto o para realizar
tareas de alguna asignatura como estoy haciendo ahora mismo.
En conclusión, paso demasiado tiempo pegada a una pantalla
cuando debería disfrutar más de las cosas que tengo a mi alrededor.